Los años difíciles por gas y petróleo

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Jorge Vergara Ascarrunz

Llegaron más rápido de lo que se esperaba, pues los precios de las materias primas se están desmoronando. Estamos en una crisis financiera sin precedentes. No se sabe cuántos años difíciles tendremos, lo evidente es que afectarán a todos.

A partir del segundo semestre de 2009, el Tesoro General de la Nación (TGN) dejará de percibir entre 600 a 700 millones de dólares por concepto de exportación de gas natural y petróleo, como resultado de la recesión económica internacional que llegará recién a Bolivia. Los 2.000 millones de dólares que recibió el TGN bajarán entre 1.400 a 1.300 millones de dólares el próximo año.

Nuestra producción de petróleo alcanza a más o menos 49.000 bpd, de los cuales casi 40.000 son refinados en el país y el saldo es exportado. Este pequeño volumen está sujeto a las variaciones diarias de precios internacionales.

Lo seguro es que por ingresos de exportación de petróleo ya no tendremos los 300 millones de dólares/año, a los que nos estábamos acostumbrando, tampoco los 180 millones de dólares que estimó el Ministerio de Hacienda, con un precio de 75 dólares bbl. Lo más probable es que será del orden de los 90 a 100 millones de dólares/año.

El negocio del crudo reconstituido (Recon) que dejaba más o menos 100 millones de dólares al año, disminuirá a 20 o a 30 millones de dólares/año. La compra innecesaria del 100 por ciento de las refinerías ya no podrá ser pagada con la venta del “Recon”, como se proclamó en el momento de hacer esa operación. El golpe duro a los ingresos fiscales será por la exportación de gas, pero no de inmediato, ya que no existe un precio internacional del gas, al contrario de lo que ocurre con el petróleo.

YPFB al comprar el total de las acciones de Shell y Ashmore para quedar con el 97 por ciento de Transredes S.A. se ha colocado en una posición más difícil que con las refinerías. Construir nuevos oleoductos o gasoductos se ha tornado en un emprendimiento muy difícil de ser financiado, y todo ducto es financiado por préstamos bancarios. Cerca del 60 por ciento del costo de un ducto está dado por el costo de los tubos de acero. El acero ha triplicado su precio, probablemente baje, pero no a niveles previos. Por estas razones, el financiar un ducto le será difícil a YPFB. Hubiera sido más fácil si contaba con socios de mucho peso como los que acaba de perder.

Ahora veremos que el famoso “blindaje” de nuestra economía no existe o es más delgado que el papel en el que se lo menciona. Esta es la gran conclusión ahora que se acabaron los años dorados y comienzan los difíciles: ha sido fácil gobernar el país con los mayores ingresos que ha tenido, esperemos que algo se haya aprendido, porque los años que vienen serán difíciles.

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