Carlos Delius: “Tenemos una economía del carbohidrato, no del hidrocarburo”

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Entrevista
Hidrocarburos | Un análisis en profundidad de la realidad que enfrenta Bolivia

La desde siempre intrincada telaraña de los hidrocarburos en Bolivia se ha complicado aún más en este contexto cuando, pese a los anuncios de importaciones, las colas de vehículos en búsqueda de diesel se alargan y porque pese a la “nacionalización”, la inseguridad respecto del abastecimiento de gas para el mercado interno, es evidente. Ni qué decir respecto de los compromisos internacionales que Bolivia ha asumido y que no podrá honrar.

El ingeniero Carlos Delius, analista y gerente de operaciones de Kaiser, empresa de servicios petroleros que opera en Bolivia y el norte argentino, explica en esta entrevista el rol actual de YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) y analiza el destino de los recursos del IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos), que está enfrentando a Gobierno y prefecturas. Una entrevista para entender la realidad de los hidrocarburos, los desafíos y dificultades que debe enfrentar este sector y lo que debe esperar Bolivia.

¡OH!: Empezando por lo básico, ¿cuál es el verdadero alcance y beneficio de la nacionalización de los hidrocarburos?

El verdadero alcance es difícil de comprender porque —para empezar— no encaja dentro de una caracterización clásica de lo que es una nacionalización. Acá no hubo una estatización, simplemente se ha aplicado la Ley 3058 a cabalidad y se ha ido un poco más allá en cuanto a la redefinición del rol del Estado en la industria, eso no trae ningún beneficio cuantitativo.

De acuerdo a la Ley 3058, todo debía haber sido hecho con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) o con privados, pero muchas de las actividades han sido concentradas sólo en YPFB y esto ha traído una altísima concentración de funciones, roles y discrecionalidades en el Estado que está todavía por verse si van a funcionar. Hoy en día esa es la gran amenaza que tiene este sector y por ende este país. Para mí, no hubo nacionalización, simplemente se aplicó la Ley 3058 vía nuevos contratos. Aunque es cierto que este Gobierno hizo lo que no hicieron otros, tampoco podemos abstraernos de que ha sido posible gracias al entorno de precios que es más que favorable.

¡OH!: En este contexto, ¿cuál es el rol que debería asumir YPFB?

El de contraparte del resto del sector. Debería velar porque se cumplan los contratos, se hagan las inversiones, que las cantidades que se inviertan correspondan a la realidad y porque se levanten todas las trancas que hoy en día tienen las inversiones en este sector. YPFB debería tener un rol de facilitador, no puede convertirse en tranca, ya sea por omisión, por incapacidad o simplemente porque alguien decide que así sea.

Hoy en día YPFB tiene problemas estructurales casi invencibles, es una imposibilidad. Con la limitación de que el salario no puede ser más de 15.000 bolivianos al mes, es imposible conseguir gente capaz y experimentada como para que YPFB cumpla la tarea que se le ha asignado.

¡OH!: ¿Cuáles son los otros problemas estructurales de YPFB?

Tiene problemas serios. Yo no conozco ninguna empresa petrolera que no tenga un gerente que pueda tener varios millones de dólares de capacidad de decisión a sola firma. Eso no existe en una empresa estatal, y por ahí es para bien que no hay, pero no es una empresa funcional y no puede funcionar como un privado porque su estructura de gobernancia es muy distinta. Aquí se tiene la Ley Safco, la Contraloría, un directorio que no es del todo funcional, un traslape y un conflicto con el Ministerio de Energía e Hidrocarburos y no deja de ser curioso que el ministro Carlos Villegas esté en primera fila en todo lo que se refiere a YPFB.

¡OH!: En cuanto al cambio de contratos, ¿quién está asumiendo el costo, YPFB, el Tesoro General de la Nación?

Los contratos tienen el siguiente concepto: las empresas recuperan su inversión y se les reembolsa por los costos. Era la única forma de poder subir los niveles de participación estatal. En cifras gruesas, antes con un millón de BTU a 1,20 dólares, una empresa con gas nuevo tributaba aproximadamente el 30 por ciento, no el 18 por ciento como siempre se dice. Es decir, que la empresa se quedaba con 84 centavos de dólar por cada millón de BTU que vendía. Hoy, esa misma empresa, si vende a 5 dólares el millón de BTU y tributa el 70 por ciento recibe 1,5 dólares, es decir que recibe más que antes por un efecto del precio.

¡OH!: ¿Cómo se explica que dentro de este proceso de nacionalización, YPFB se haya hecho de las acciones pero sean las prefecturas, los municipios y las universidades quienes deban pagar las cuentas?

A YPFB se le han dado acciones que eran de todos los bolivianos. Quiero racionalizar y pensar que todos los bolivianos hemos endosado nuestras acciones para YPFB, aunque no nos hayan consultado. Cuando hemos pasado nuestro patrimonio a YPFB, nos dijeron que con las utilidades de esas acciones se iba a seguir pagando el Bonosol.

Hoy en día hemos perdido esas acciones y nos van a quitar la plata a nivel de los departamentos. Para mí es algo inexplicable saber que no existe seguridad jurídica ni siquiera para las prefecturas. Todo esto para mí, es una muestra de inseguridad jurídica muy grande.

¡OH!: ¿Quién tendría que absorber entonces los gastos del Bonosol?

Tendría que haber salido de las utilidades de todas las empresas capitalizadas, pero no se ha cumplido. Y no sólo en este Gobierno, tampoco en los anteriores que terminaron haciéndose préstamos del Fondo de Capitalización Individual y mezclando todos los dineros para mantener el esquema asistencialista.

¡OH!: ¿Cuál es la responsabilidad del IDH para que las empresas capitalizadas no hayan reportado utilidades y hayan dejado de aportar al Bonosol?

Conozco el caso de Andina, por ejemplo, que ha tenido mal año porque es socia del 50 por ciento de San Alberto que pagó la sobretasa del 32 por ciento, que está en el Decreto de Nacionalización, lo que le tiene que haber costado alrededor de 180 millones de dólares. Con eso le borraron cualquier posibilidad de tener utilidades. En el caso de Transredes la situación es de mucha presión para invertir y atender el mercado interno y entonces no es compatible el distribuir dividendos y hacer inversión. Chaco ha entregado aproximadamente 14 millones de dólares al Fondo de Capitalización, lo cual obviamente es insuficiente. Entel no ha tenido la rentabilidad que ha tenido otros años.

¡OH!: ¿Se justifica el traspaso del IDH a los Fondos de Capitalización Colectiva?

No. Esto es más político que otra cosa. El Gobierno tiene dinero en otras cuentas. Nos hablan de que tienen un superávit de 5.000 millones de dólares, pero meten la mano a las prefecturas, lo que solamente se puede explicar en términos políticos, no veo ninguna racionalidad en lo económico.

¡OH!: ¿En qué debería invertirse el dinero del IDH?

En inversión productiva. Debería invertirse en desarrollar una industria de biocombustible. Si en Bolivia se hace etanol a partir de caña de azúcar, se puede generar un millón de empleos con una inversión de 2.400 millones de dólares. La cifra puede parecer alta, pero estamos hablando de un millón de empleos; no hay ningún otro sector que pueda lograr eso. La mejor inversión para el dinero del IDH es pensar en el futuro, hacer sostenible este negocio. Bolivia tiene menos del 10 por ciento de su potencial hidroeléctrico desarrollado. Se tendría que usar parte de la renta petrolera para hacer represas e hidroelectricidad. Esos son dos destinos imprescindibles para la renta petrolera.

¡OH!: ¿Qué sucede en cuanto a la Renta Dignidad?

Para mí es el Bonosol, con otro nombre y un aumento, que va a salir de los bolsillos de los que hoy en día no son amigos del Gobierno. Pensar que es otra cosa me parece ingenuo.

¡OH!: ¿Cuál debería ser el rol de prefecturas y municipios respecto del IDH?

Deberían buscar que se invierta el IDH en proyectos productivos. Que no todo sea la visión errada que tenemos en muchos países donde se piensa que lo único que hay que hacer es una carretera asfaltada y que lo demás viene por desarrollo espontáneo. Tiene que haber una intervención virtuosa, en este caso de un Estado descentralizado, representado por las prefecturas. Son ellas las que en virtud de su descentralización pueden desarrollar nichos de mercado. La visión no puede ser solamente hacer caminos. Hay que hacer represas y que la gente aumente su posibilidad de tener fuentes de trabajo.

Este país tiene el gran problema de la falta de acceso a la energía. Bolivia tiene índices de consumo de energía bajísimos, entre los más bajos del mundo, y eso demuestra que tenemos una economía precaria. Tenemos una economía del carbohidrato, no del hidrocarburo. Se trabaja sólo con la energía de lo que se come. Acá se tiene que hacer que la energía llegue a la gente, teniendo cuidado de hacer un uso eficiente, de otra forma no habrá oportunidad de salir de la pobreza.

¡OH!: Uno de los argumentos para el recorte del IDH por parte del Gobierno, es que las prefecturas no han ejecutado sus recursos…

Las prefecturas van a tener que aprender a manejarse mejor, pero, por lo que se sabe, el Gobierno está peor en su ejecución, creo que no ha cumplido ni con el 30 por ciento mientras que algunas prefecturas, como la de Cochabamba, están por el 80. Encuentro que esa es una excusa malísima porque por último no hay obligación de gastar la plata si no hay buenos proyectos. Bajo esa misma lógica habría que pedir que el Gobierno se vaya porque ha acumulado un déficit de 5.000 millones de dólares y en este país no hay empleo.

¡OH!: ¿Va a poder Bolivia cumplir con los compromisos internacionales que tiene en cuanto a la provisión de hidrocarburos?

Eventualmente, pero no en el tiempo fijado. Nos hemos comprometido en una curva donde la producción sube muy rápidamente hasta el 2011. Eso ya es una imposibilidad. Para llegar al 2011 se tienen que invertir 5.000 millones de dólares, y quedan cuatro años. Es decir 1.250 millones por año, o 3,47 millones por día, y no veo a nadie escribiendo un cheque por esa cantidad de inversión.

Si incumplimos, lo probable es que paguemos una multa, aproximadamente 54 millones de dólares por cada millón de metros cúbicos que se incumpla durante un año. Así, el precio en lugar de ser de 5 dólares, podría ser de 1,20 porque nos descontarán las multas. Nos hemos metido en un berenjenal increíble.

¡OH!: ¿Cuánto se tardaría en equilibrar lo necesario para cumplir los compromisos y cuál sería el rol de YPFB en esto?

YPFB lo que puede hacer es que no se cumplan los compromisos, pero no está en sus manos que sí. Puede hacer que se incumpla retrasándose, no resolviendo problemas puntuales como los que tiene hoy en día Chaco en el campo Percheles, uno de los pocos campos en desarrollo donde hace más de 70 días que está parada la inversión por problemas con una alcaldía, que no ha resuelto YPFB. Tampoco se ha hecho una asignación del mercado, los productores no saben cuánto ni a quién le van a vender en el mercado interno, en el brasileño y en el argentino. Y si uno no sabe a quién va a vender, mal puede saber cuánto va a recibir y no se puede tomar una decisión de inversión. Estamos en un círculo vicioso.

¡OH!: ¿De quién depende que se acelere la asignación de esos mercados?

Del Ministerio de Energía e Hidrocarburos. Se hizo un intento el 22 de enero de este año, y se realizó la asignación para Chaco, Vintage, y para Pluspetrol en un volumen muy pequeño. No se ha hecho la asignación para los campos grandes. A eso obedece el viaje a Brasil del ministro Villegas y de Guillermo Aruquipa, presidente de YPFB, para pedir a Petrobras que se haga cargo de desarrollar uno de los megacampos.

Ahora bien, no podemos dejar de tomar en cuenta que el sector está parado desde el 2003 y que hay una cierta inercia en poder arrancarlo. El 2003 acá habían cuatro o cinco equipos de perforación. Si uno decidía perforar, podía hacerlo en pocos días. Hoy en día no hay más que dos equipos, que son insuficientes para los 30 pozos que se necesitan para cumplir los compromisos hasta el 2011.

¡OH!: ¿Qué tanta culpa se le puede echar a la inseguridad jurídica por la falta de inversiones?

La inseguridad jurídica en teoría se resolvió con la firma de los contratos. Lo que ha ocurrido es que después de la firma de los contratos, no hay una total coherencia entre el accionar y la reglamentación que debió haberse prestado a los contratos. Se han hecho las cosas al revés: primero se han hecho los contratos con las empresas y ahora hay que acomodar toda la reglamentación para que encaje y puedan funcionar con los contratos.

Así las empresas, cuando reciben una resolución ministerial que es incompatible con su contrato, tienen no sólo el incentivo de no invertir, sino que además tienen el refugio legal para no hacerlo. El proceso está al revés y mal hecho. Se ha creado una ley rígida en sus instrumentos y flexible en sus definiciones, cuando una ley moderna es todo lo contrario.

¡OH!: Con los recientes descubrimientos de petróleo en Brasil, uno de los principales mercados para Bolivia, ahora convertido en la segunda potencia petrolífera de América Latina, ¿cómo queda el país?

Yo creo que todo el gas que podamos sacar de este país va a ser vendido. No existe un problema comercial para el gas boliviano. Considero que a lo largo de la historia se han tomado malas decisiones por pensar que sí. Argentina siempre va a necesitar nuestro gas, Brasil igual, y eso tiene una explicación sencilla: un país serio no puede dejar a su población y a sus industrias sin energía. No puede hacer como en Cuba, de conectar buses con bueyes. La energía está íntimamente ligada al desarrollo y al nivel de vida.

¡OH!: Hablemos de soluciones…

YPFB va a tener que hacer funcionar sí o sí los contratos. Una manera es dejar el rol y la vocación intervencionista que no ha funcionado ni siquiera con la importación del diesel. ¿Qué hace YPFB manejando logística cuando acá ya había varios operadores privados que lo hacían bien? Tiene que asumir que no tiene la capacidad.

El otro día leía en un titular “Presupuesto de YPFB, 33.000 millones de bolivianos”, pero si nos ponemos a pensar el porqué de ese presupuesto, lo cierto es que ellos venden y ellos compran el crudo y el gas, es decir que facturan por todo el sector. No es que la empresa genere eso, no nos engañemos, no podemos sentirnos ricos con plata de alasitas. Para que resolvamos los problemas, YPFB tiene que dejar que funcione el sector.

¡OH!: ¿Cuáles son los factores fundamentales para la escasez de diesel?

Estamos contrabandeando el subsidio. Se supone que en teoría el subsidio es para los bolivianos, pero cada vez que se llevan un litro a Brasil o a Perú, se llevan el subsidio, la plata que habíamos destinado para los que la necesitan en Bolivia. Estamos regalando nuestros recursos y tirando dinero.

El tener un subsidio tan alto hace que tengamos una mala señal de precios y un carburante que está subvaluado. El diesel en los países vecinos vale entre 1,10 y 1,20 dólares, acá no llegamos ni a 50 centavos, así que es muy grande el incentivo de contrabandear.

Sin embargo, la escasez va más allá. Está la falta de programación y logística de YPFB también. Hoy en día no llegan los volúmenes que requiere el mercado interno compuesto, además de por la demanda de los bolivianos que consumen el combustible en cualquier actividad dentro del país, por el contrabando, estimado entre un 10 y 20 por ciento del total de esa demanda.

Tenemos las deficiencias de YPFB y una demanda que está inflada porque se contrabandea y porque llevamos varios años subsidiando el diesel, así que nos hemos llenado de vehículos basura que consumen ese carburante, son poco eficientes y además contaminan. Hoy las ciudades bolivianas tienen serios problemas de tráfico, pero ni siquiera tenemos las cifras claras porque la mayoría de esos vehículos han entrado por contrabando. Hemos hecho crecer el parque automotor, hemos crecido la demanda por el contrabando y ya no tenemos a Petrobras u otros privados a cargo de la importación, sino que tenemos a YPFB, que ni siquiera puede decir cuál es la causa de la escasez.

¡OH!: Cortar de una vez el subsidio sería una solución entonces…

Se corta el subsidio, la gente usará menos diesel y el incentivo a contrabandear será menor. Acá se necesita un diesel que cueste por lo menos 0,75 centavos de dólar sin pagar impuestos. Con los precios que hoy tiene la soya, el agricultor cruceño, por ejemplo, no tendría por qué reclamar que se le subsidie el diesel. Primero por el precio de la soya y segundo porque debería darse cuenta de que es peor no tener diesel que pagar un poco más por él.

¡OH!: ¿Cómo puede salvarse la crisis de gas licuado del mercado interno?

Al GLP no se lo produce, se lo extrae. El mercado interno necesita 900 toneladas, y eso es todo lo que tenemos como capacidad de extracción. Tenemos que invertir en plantas de procesamiento para obtener la cantidad de GLP que demanda un mercado creciente, que también sufre los mismos problemas del diesel al ser un gran negocio contrabandear garrafas a Brasil, a Perú o a Argentina.

¡OH!: ¿Cuál es el error que el Gobierno debería corregir con urgencia?

El de no destrabar todos los problemas que existen actualmente para que arranque el sector y se pueda cumplir con los volúmenes comprometidos, si bien ya es dudoso cumplirlos en el tiempo que se pactó. Alguien tiene que sentarse para entender lo que no funciona. Y es necesario definir y darle un rol de una vez por todas a YPFB, que desde siempre debió ser una contraparte con capacidad técnica para poder supervisar todo el quehacer del sector. Cuando se lo desmanteló y se lo llamó residual, el Estado perdió esa capacidad de acompañamiento y planificación. Hoy en día pagamos buena parte de ese error.

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